La Illeta dels Banyets – El Campello.

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Si sois amantes de la arqueología os recomiendo la visita al yacimiento de La Illeta dels Banyets, en el municipio de El Campello, Alicante.

Es uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del Mediterráneo debido a su amplia secuencia temporal. Destacan en él los restos íberos y romanos.

Hace unos 5.000 años se disponía aquí una aldea ocupada por gentes integradas dentro de una organización social tribal. Para su subsistencia se valdrían de los recursos que proporcionaba el medio, practicando la agricultura, la ganadería, la caza, la pesca y la recolección de alimentos. De aquel poblado se conservan parcialmente los restos de una cabaña de planta circular propia de una unidad familiar. Dentro de la vivienda se han identificado dos contenedores de barro, utilizados quizá para conservar el cereal, fragmentos de la vajilla doméstica y distintos útiles en sílex.

La cisterna se construyó al inicio de la ocupación de la Edad del Bronce, hace unos 4.000 años. Para su realización se excavó la roca valiéndose de instrumentos de piedra, se formaron las paredes de piedras y barro, y se recubrió el fondo con una capa arcillosa. Para conservar el agua que contenía debió disponer de un techo. Unos 400 años después, en una reforma, la cisterna pudo mejorarse con una balsa de decantación. En el yacimiento se conserva la mitad de otra cisterna similar. En relación con los dos aljibes se han identificado tramos de dos canalizaciones para conducir agua a su interior.

Quedan los restos de una estructura funeraria o tumba. Las paredes de la fosa estaban forradas de piedras conformando una cista de mampostería. En el fondo se disponía un enlosado de piedras planas sobre el que se depositaron los cadáveres de un hombre y una mujer, de lado y enfrentados, cubiertos a su vez por capas de piedras y lajas. Junto a los restos aparecieron un pequeño puñal o cuchillo de cobre, cuatro botones de marfil y dos vasos cerámicos, que revelan el carácter social destacado de los enterrados. Cerca de esta tumba se localizaron otras similares. Las dataciones de radiocarbono permiten indicar la práctica de inhumaciones dentro del poblado de la Edad del Bronce, hace unos 3.800 años.

El poblado ibérico nació en el siglo V a.C., pero a mediados del IV sufrió una importante transformación urbanística, quedando estructurado por dos calles longitudinales que recorrían la península, comunicadas mediante calles transversales. Era un importante enclave comercial, distribuidor de mercancías provenientes de otros puntos del Mediterráneo, y centro productor de aceite, conservas de pescado y vino. Este complejo se completaba con unos hornos cerámicos situados en la costa, dedicados a la fabricación de ánforas, envase ideal para el transporte marítimo.

El edificio de la almazara estaba destinado a la fabricación de aceite. En un departamento se han localizado los elementos esenciales para este proceso: una gran plataforma de piedra sobre la que se instalaba una prensa de viga para prensar la oliva, y una pileta donde se recogía el aceite. En esta misma estancia se encontraron restos de las esteras de esparto usadas en el proceso de prensado de la aceituna, molinos y muchos huesos de oliva.

Había dos edificios que tenían acceso a las dos calles principales; uno es la única vivienda que se ha podido reconocer en todo el yacimiento, y el otro es un lagar que tenía un patio con una escalera por la que se accedía al primer piso. La casa consta de un patio que estaría parcialmente techado, y de cuatro habitaciones. En una de ellas se encontraba el único hogar que se ha localizado en esta fase, y junto a él apareció un pebetero de cabeza femenina, lo que indica que además de ser un espacio de residencia, también servía como capilla doméstica.

La Illeta es uno de los pocos yacimientos ibéricos del levante peninsular donde se documenta la elaboración de vino. El elemento característico de los lagares son dos piletas revestidas de cal situadas a distinta altura. Desde el patio, a través de la ventana, se depositaba la uva sobre la pileta superior, donde era pisada para extraerle el zumo. El mosto caía a la pileta inferior produciéndose un primer trasiego, y de allí se llevaría a las dependencias de fermentación.

El edificio del almacén estaba destinado al almacenamiento de productos perecederos, posiblemente cereales. Inicialmente la construcción estaba dotada de una cámara de aire bajo el suelo, consistente en una sucesión de muretes paralelos que sostenían una tarima de madera. Su función era evitar que la humedad afectara al grano y lo hiciera germinar. En un primer momento sólo existía el edificio elevado y, en la parte delantera, un porche sujeto mediante pilares de madera. Posteriormente, en el porche se construyeron tres habitaciones.

La villa fue un edificio construido a finales del siglo I d.C., del que no quedan restos en la actualidad. Sus dependencias se articulaban en torno a un patio central y se pudieron distinguir habitaciones destinadas a la vivienda y otras dependencias dedicadas a los trabajos agrícolas y pesqueros; en estas se encontró una pieza de torcularium, que es una prensa de aceite o vino. A diferencia de otras villas encontradas en la costa, ésta es aparentemente más modesta y contaba con unas termas familiares separadas del edificio.

Las termas es un pequeño edificio asociado a la villa, dedicado a baños y formado por habitaciones contiguas de recorrido lineal. Como es habitual en este tipo de instalaciones, constaba de una sala fría (frigidarium) con una pequeña bañera, una sala templada (tepidarium), y una sala caliente (caldarium). Estas dos últimas estaban dotadas de un sistema de calefacción consistente en colocar bajo el suelo una cámara (hipocaustum) en la que introducían aire caliente proveniente de un horno situado en una sala anexa al caldarium (praefurnium). En este horno se calentaba agua para la bañera.

El templo A es un gran edificio que consta de un pórtico precedido por dos columnas, un cuerpo central dividido en tres naves y dos habitaciones situadas al fondo. No se conocen sus dimensiones totales pues no se conserva la parte trasera por la erosión. Su carácter sacro viene avalado por su monumentalidad, la distribución del espacio y los materiales encontrados en su interior; entre los que destacan un fragmento de escultura humana y varios fragmentos de pebeteros de cabeza femenina.

El templo B es un edificio sacro cuadrangular levantado con gruesos muros de piedra. Consta de dos fases constructivas: en la primera el pavimento estaba a la misma altura que la calle y dentro había dos plataformas de adobe que servían para depositar ofrendas. En la segunda se levantó el suelo mediante cuatro capas de adobe, se construyeron los escalones de la entrada y se colocaron las columnas que sostendrían el techo. Los elementos de culto eran una losa arenisca que soportaba un pequeño altar de piedra colocado sobre un soporte de madera, y dos plataformas para ofrendas similares a las que había en la primera fase.

El yacimiento de La Illeta dels Banyets es un Bien de Interés Cultural, y está gestionado y supervisado por el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ).

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