El Torrejón – Gátova.

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Si sois amantes del senderismo y de la arqueología os recomiendo la visita al yacimiento ibérico de El Torrejón en Gátova, Valencia.

Salimos de Gátova en dirección a Altura por la CV-25. A 1,5 kilómetros tomamos el desvío señalizado a la izquierda, y a 850 metros llegamos al área recreativa “Fuente de la Alameda”. Podemos dejar el coche en este punto y continuar el trayecto a pie durante 1,5 km aprox. por un camino ascendente a mano derecha de la carretera, hasta llegar al yacimiento.

Es un yacimiento no vallado, por lo que se puede visitar libremente respetando el entorno y los restos, no hay que subir a la torre ni pisar los muros.

Los íberos fueron una cultura autóctona de la Península Ibérica que se desarrolló entre los siglos VI y I a.C. Su territorio ocupó una gran extensión, desde el sureste de Francia hasta la desembocadura del río Guadiana, en el sur peninsular; desde la costa mediterránea hacia el interior, el dominio llegó hasta el sistema ibérico, serranías de Cuenca y Teruel.

Los íberos nunca tuvieron una organización política que los unificara y estaban divididos en diferentes tribus. En la Comunidad Valenciana se conocen tres: los ilercavones al norte, edetanos al centro y contestanos al sur. Hubo diversidad de núcleos de población por toda la geografía ibérica: ciudades, aldeas grandes, medianas y pequeñas. El Torrejón de Gátova pudo ser una aldea de las medianas. La sociedad ibérica era una sociedad jerarquizada.

Los íberos hablaban una lengua muy diferente a la nuestra que llegaron a plasmar en escritura, lo que denota un nivel cultural muy alto. Para escribir utilizaron un signario diferente del alfabeto con el que se escribe latín y las lenguas derivadas de éste. Combinaban signos que representan letras con signos que representan sílabas enteras. Todavía no ha sido posible traducir la lengua íbera.

En cuanto a la religión y los cultos funerarios, se sabe que a los muertos se les cremaba en solemnes rituales en los que no faltaban los banquetes. Luego, algunos restos óseos no consumidos por el fuego se depositaban en urnas y éstas en cementerios o necrópolis. Otra costumbre religiosa que ha perdurado hasta nuestros días es la de convertir algunas cuevas en lugares sagrados y de culto, siendo la Diosa Madre la más venerada.

El Torrejón de Gátova se encuentra en un sitio estratégico del territorio edetano, en el corazón de la Sierra Calderona, y al inicio del barranco de Carraixet.

El poblado tiene una superficie de unos 3.000 metros cuadrados. Estuvo habitado por los íberos desde el siglo V hasta el siglo II a.C.

En el sector sur del poblado existe una pequeña área de 150 metros cuadrados que corresponde a una gran torre rectangular de 9 por 6 metros de lado, por unos 3,5 metros de altura conservada. Su monumentalidad simbolizaba el poder y riqueza del poblado. A la planta baja de la torre, a 3 metros de altura, se accedía por el lado norte. Desde la torre se controlaban los caminos y se defendía la puerta de acceso al poblado.

El núcleo habitado estaba delimitado por una muralla perimetral que lo protegía. También hay que destacar la presencia de un foso. Había una calle central que distribuía el espacio, viviendas, un edificio público, y un recinto funerario dentro del poblado.

En el yacimiento se han encontrado abundantes piezas de cerámica muy variadas, como fragmentos de ánforas, tinajas, tinajillas, platos y colmenas. Se deduce que hubo intercambio de productos por la aparición de cerámica importada del siglo IV a.C. procedente de Grecia, y ánforas que traían los romanos cargadas de vino procedentes de Nápoles.

El yacimiento comenzó a excavarse en el 2015, siendo los arqueólogos directores de los trabajos de excavación: Josep Mª Burriel Alberich y Juan José Ruiz López.

El Castillo de Torrejón fue declarado Bien de Interés cultural (BIC) en el año 2016.

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